Control de las Plagas
Control de plagas
Tener un huerto sin plagas es el ideal que queremos para nuestros huertos. Pero este objetivo no siempre es fácil. Los ecosistemas naturales son espacios que se encuentran en equilibrio y donde difícilmente las plagas tienen lugar de forma recurrente. En este sentido debemos conseguir que los huertos urbanos, aun siendo de dimensiones reducidas, consigan también este equilibrio.
Para tener un huerto sano, lo primero que tenemos que poner en valor es que las plantas tengan los nutrientes y el riego adecuados: el exceso o déficit de nutrientes o de agua potencia la existencia de plagas. Nos podemos encontrar, por ejemplo, que un exceso de nitratos en la tierra de cultivo haga aumentar las colonias de pulgón. También es importante la ubicación de las plantaciones para evitar enfermedades. Las plantas necesitan unas 6 horas mínimas de sol diarias. En espacios húmedos y con poco sol, la presencia de hongos será más importante. Otro aspecto para destacar es la correcta aireación de las raíces y la diversidad de plantas. Tener hortalizas de diferentes especies y con las distancias adecuadas entre ellas nos frenará la propagación de enfermedades.
Todos estos aspectos, sumado a la observación y la experiencia que vamos cogiendo, nos ayudan a mejorar las condiciones de salud de nuestros huertos urbanos. La prevención es siempre la mejor manera de tener un huerto sano. Pero las plagas, a pesar de todo, poden aparecer. En estos casos aconsejamos utilizar remedios ecológicos que no perjudiquen la fauna presente y beneficiosa. Además, las plagas no se hacen resistentes a estos productos y no son perjudiciales para nuestra salud.
Para saber qué tratamiento es el más adecuado para cada tipología de plaga debemos saber discernir que es lo que lo provoca (si son insectos, ácaros, hongos, babosas, o larvas, entre otros). En este sentido, escogeremos el tratamiento más adecuado: insecticida, fungicida o acaricida.
Hay diferentes insecticidas que nos poden ir bien a la hora de tratar una plaga.
- El jabón fosfórico o potásico [ver el producto]: Tanto el jabón fosfórico como el potásico son productos que nos irán bien para eliminar el pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, los trips y la araña roja. Es un tratamiento de contacto directo por ahogo y a la vez ablandan la cutícula protectora de los parásitos. Además, este producto también nos irá bien para limpiar melaza de las plantas y, una vez se degrada, nos dará nutrición a la tierra. La diferencia entre los dos jabones es que el potásico tiene un pH de 9,5 y, en cambio, el jabón fosfórico tiene un pH neutro respectando así el pH del sustrato.
- Purín de ortiga [ver el producto]: El purín de ortiga actúa como sustancia básica en el cuidado de nuestras hortalizas. Tiene una función disuasiva de plagas y, a la vez, actúa como insecticida, fungicida y como acaricida, especialmente efectiva para las arnas, pulgones y ácaros. El purín de ortiga aparte de no ser tóxico para las personas, también nos servirá como fertilizante.
- Bacillus Thuringiensis: Este producto es una bacteria que ataca orugas, babosas y caracoles sin afectar el resto de la fauna ni a las personas. No obstante, para adquirirlo para uso hortícola se necesita el carné de aplicador de fitosanitarios.
Otra manera de eliminar los caracoles y las babosas es poniendo cerveza dentro de un tarro deslizante –de cristal, por ejemplo- y enterrarlo de manera que el cuello del mismo quede a la superficie. La cerveza es un producto que atrae caracoles y babosas y, una vez hayan entrado, no podrán salir.
Los hongos son seres diminutos que necesitan humedad para desarrollarse. Hay diferentes tipos de hongos, y todos ellos pueden perjudicar a la planta hasta matarla. Los más habituales de los huertos urbanos son el oídio y el mildiu, aunque no son los únicos. Los productos que aconsejamos, a parte del purín de ortiga que ya hemos comentado, son:
- Cola de Caballo (equisetum) [ver el producto]: En forma de purín, la cola de caballo actúa como uno de los fungicidas más utilizados en agricultura ecológica. Se puede aplicar de forma preventiva una vez a la semana, sobre todo en épocas de lluvia. Este es un producto natural que no solo protege las plantas de hongos, sino que las refuerza para posibles ataques y, gracias al silicio que aporta, también ayuda a su crecimiento.
- Coure Nordox [ver el producto]: Este producto es un fungicida y bactericida a base de óxido cuproso preventivo para muchas enfermedades, en especial el Mildiu. Recomendamos empezar con un tratamiento con cola de caballo y utilizar el cobre en caso de que se necesite un proceso más intensivo, ya que el cobre es más agresivo y puede llegar a quemar algunas hojas.
Los ácaros son otros ‘bichos’ que fácilmente pueden llegar a ser una plaga para nuestro huerto. Como ya hemos indicado anteriormente, tanto el jabón fosfórico o el potásico, como el preparado de ortiga son productos efectivos para el control de estas plagas. A banda de estos remedios, también tenemos el azufre.
- Azufre WG [ver el producto]: Este producto tiene un 80% de azufre granulado soluble en agua. El azufre, aparte de ser efectivo contra hongos como el oídio o el oidiopsis, nos será muy útil a la hora de eliminar los ácaros, especialmente la araña roja. Se aplica directamente a las hojas de las plantas, sobre todo en su reverso, que es donde se acumulan los ácaros. Es mejor evitar su uso continuado, sobre todo en épocas de floración de la planta ya que puede terminar con otros ácaros que se encuentran en las flores y que son beneficiosos para nuestro huerto y que controlar la población de la araña roja.
Como resumen, debemos tener en cuenta la concentración de los productos a utilizar, especialmente aquellos que necesitan diluirse con agua. Es importante respetar las concentraciones de uso y sobre todo respetar la periodicidad que indique el fabricante de cada producto.
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