¿Qué podemos conrear a partir de septiembre en nuestro huerto urbano?

Alguna vez me he encontrado personas que me han comentado que una vez terminada la cosecha de primavera y verano, especialmente los tomates, no plantan nada más y dejan reposar la tierra hasta la primavera siguiente. Está claro que todas y todos utilizamos el huerto urbano en casa como más nos conviene, pero me pregunto: ¿nos dejaremos perder unos cultivos de otoño e invierno que nos pueden seguir llenando la mesa de buenos alimentos? ¡Esperamos que este post os anime y dé buenas pautas para tener cultivos exitosos durante estos próximos meses!

 Inicio de nuevos cultivos

Después de un pequeño descanso estival empezamos un mes de septiembre también lleno de posibilidades y de preparación para las cosechas de otoño e invierno. Poco a poco vamos dejando los cultivos de primavera-verano y nos vamos preparando para aquellos que nos han de dar fruto durante el otoño y el invierno. Seguramente todavía estaremos recogiendo algunas hortalizas de verano, como son los pimientos o los tomates. Dejemos que terminen su ciclo, pero ya organizándonos para las próximas siembras, sobre todo si has decidido comenzar el cultivo desde la semilla.

Preparamos el sustrato para las hortalizas de otoño e invierno

Para planificar los cultivos de otoño e invierno, primero tendremos que realimentar la tierra. Las hortalizas de primavera y verano han ido absorbiendo los nutrientes del sustrato, especialmente los tomates, pimientos y berenjenas - las solanáceas - que son muy exigentes en nutrientes y debilitan las sales y minerales por los siguientes cultivos. Por lo tanto, es muy aconsejable que antes de empezar a plantar nuevas hortalizas, añadimos al sustrato elementos que nos den rápidamente más nutrientes. En este sentido, el estiércol compostado o el hummus de lombriz son dos opciones ideales para enriquecer la tierra.

Rotación de cultivos

También es interesante tener en cuenta una rotación de productos. Esto también nos ayudará a que la tierra no se empobrezca excesivamente y a la vez también nos ayudará en el control de plagas. Es muy recomendable que donde han tenido las solanáceas - tomates, pimientos, berenjenas - plantamos zanahoria, cebollas o ajos. Y donde hemos plantado lechugas, escarolas, calabacín o pepino, plantamos las habas, las coles, los guisantes, los rábanos o las judías.

Incompatibilidades entre hortalizas

Si hacemos combinaciones de variedades en la mesa de cultivo, debemos tener también en cuenta las posibles incompatibilidades entre ellas. Aquí tendremos que considerar no combinar los ajos con las coles, los guisantes, las habas o las judías. Las cebollas crean incompatibilidades con guisante o judía. La judía tampoco combina bien con guisantes, habas o remolachas.

¿Qué hortalizas podemos plantar para finales de verano y otoño?

Durante los meses de finales de verano y principios de otoño disponemos de una gran variedad de hortalizas para cultivar. Es un momento en que podemos sembrar zanahorias, cebollas, ajos, lechugas (especialmente los de otoño-invierno), escarola, remolacha, espinacas, judías, habas, coles, coliflores o rábanos. Y no olvidemos el perejil, una planta que nos ayudará a proteger el huerto de diferentes plagas de insectos. En cualquier caso, como ya hemos explicado en las líneas anteriores, la rotación y la compatibilidad entre las plantas nos ayudará que sea una producción de éxito.

Recomendaciones para la siembra

Si se quiere empezar por la semilla, en la mayoría de los casos es importante hacerla en germinadores o semilleros. Esto ayudará a su correcto desarrollo hasta que hacemos el trasplante en nuestro huerto urbano. Pero también nos servirá para tener un mejor control de plagas, especialmente las babosas o los caracoles donde a finales de verano tienen más actividad ya que esta es una estación con más lluvia y estos animales camparán por todos los rincones en busca de alimento fresco y tierno.

Espero que este post os haya sido de utilidad y continuéis o empecéis a cultivar en vuestro huerto urbano. ¡Buena cosecha!